Un inquieto y polifacético artista que ha dejado huella en Zapotlanejo, fue reconocido en Los Altos de Jalisco por su trayectoria.
Por Ricardo H.G. / Carlos Aquino
El polifacético artista J. Refugio Lomelí Limón celebra 40 años del inicio de su carrera. Nació el 10 de febrero de 1963 en el Rancho “La Loma” de la Delegación de Matatlán, municipio de Zapotlanejo. Hijo de Salvador Lomelí Ruiz y María Guadalupe Limón Valdivia. Su obra es posible encontrarla en diversos espacios públicos y privados, tales como: escuelas, plazas públicas, parques, cementerios, edificios públicos.
Como parte de los festejos, fue reconocido en su natal Zapotlanejo por el Gobierno Municipal, para lo cual se montó la exposición “Retrospectiva: 40 años en el camino del arte”, encuentro al que asistieron, autoridades municipales, familiares y amigos.
“Quise llamar a esta exposición “40 años de andar en el camino del arte, retrospectiva”, esta palabra que nos evoca a echar una mirada hacia atrás y nos permite comprender de dónde venimos, quiénes somos y hacía dónde vamos […] mirar atrás no significa retroceder, sino que únicamente puede ir hacia delante aquel que conoce y agradece dónde están puestas sus raíces. El arte es una transición espiritual, una epifanía que se manifiesta en el color, la luz, la sombra, la forma, el sonido y el silencio”, mencionó.
En su etapa como estudiante de Artes Plásticas (1980), recibió clases de grandes maestros tales como: Miguel Miramontes Carmona, Alfonso de Lara Gallardo, Francisco Rodríguez “Caracalla”, Jorge Martínez López y Ramón Villalobos Castillo “Tijelino”.
Desde muy joven se involucró en la gestión cultural del municipio, fue regidor y posteriormente director de la Casa de la Cultura.
PERSONAJE ALTEÑO 2024
Este año el Consejo de Turismo Altos Norte y Altos Sur, eligió a Valle de Guadalupe como sede para reconocer a las personas que han destacado en sus municipios, gracias al trabajo y esfuerzo en distintos ámbitos.
40 años después de haber inicia[1]do su carrera artística, “Cuco” Lomelí en compañía de su familia, amigos y representantes del Gobierno de Zapotlanejo, llegaron hasta el punto más alto de aquel rincón alteño no solo para recibir un premio, sino para derrochar talento, y es que junto a Federico Jiménez se “echaron un palomazo”, enmarcando un hecho agradable y que no estaba en el guion de quienes organizaron el evento.
“Estos eventos me comprometen, me siento con la responsabilidad de ser mejor persona y artista, de pensar que cierro un ciclo y abro otro muy importante. Lo mejor debe estar por venir, siento ganas de lograr más metas, proyectos que tengo en mente”, mencionó “Cuco” Lomelí, entrevistado para Cuarto Poder.
CP – ¿Cuál manifestación artística te costó más trabajo? – todas dan trabajo, comencé dibujando desde pequeño, por alguna razón que nadie me enseñó, digamos que lo primero que entendí fue la palabra dibujo; pasaron muchos años y cuando hice trámites a la Universidad no sabía que existía una carrera como la de escultura. Finalmente me especialicé en este arte y lo hago con el mismo amor, y después de los 20 años me llegó el gusto por la música. Comencé tarde, a eso de los 24 años de edad, tocando guitarra. Creo es algo genético por mi abuelo quien era músico. Entonces decir qué me ha costado trabajo, probablemente todas y ninguna”, expresó.
Entre sus múltiples obras, destacamos algunas de ellas como el busto de Miguel Hidalgo y Costilla, que se encuentra en la parte norte del Jardín principal en la cabecera municipal de Zapotlanejo; la escultura en bronce d San José Isabel Flores, en el atrio de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario; conjunto escultórico en la fuente de la plaza principal en La Laja, busto del Profesor Moisés Sáenz para la Escuela Secundaria No. 30; Escudo de Armas de Zapotlanejo, Plaza “Tijelino”.
CP – ¿Te imaginaste alguna vez estar en un evento como este donde se reconociera tu trayectoria? – Realmente no, siempre he mantenido un perfil bajo, no soy bueno promoviendo mi imagen, a veces piensas que no mereces muchas de las cosas que te ocurren en la vida; eso me hizo creer que nunca viviría un momento como este […] no me proyecté pensando en un evento como este, ahorita estoy de no creer pero lo tengo que asimilar porque duran[1]te la vida me han pasado cosas importantes y que no te sientes con el mérito, ahorita lo creo y por tanto siento que adquiero más responsabilidad en la vida”.
Existe una frase cliché que se utiliza en muchas áreas, pero en el mundo artístico es como un lastre psicológico que te incita a reflexionar: ¿qué es más valioso, llenarte de pan la barriga, o ser feliz, aunque mueras de hambre?
CP – ¿Se puede vivir del arte? – Lo tengo muy en cuenta, una de las primeras ocasiones en que me preguntaron si esto convenía, el arte es un oficio como todos y tener éxito no depende del arte mismo; sino de cómo trabajes, te promuevas, con qué personas te relacionas. El arte puede ser un oficio tan bueno, pero depende de uno mismo, no solo es realizar trabajos de calidad, sino promocionarlos, como dicen: ser el arquitecto de nuestro propio mundo del arte”, concluyó el artista.