Por: Redacción|Cuarto Poder

“Estoy harto”, es una expresión constante entre la población que ha decidido arriesgarse acudiendo a fiestas, centros comerciales, y realizar otras actividades frente a la presencia del coronavirus. Sin embargo, la pandemia podría convertirse en endemia a partir de este año, de acuerdo con los especialistas.

El director de Medicina Interna y encargado del área Covid-19 del Hospital ABC, el Doctor Francisco Moreno Sánchez, consideró que la pandemia estaría llegando a su fin en marzo.

“Si hacemos bien las cosas, para febrero vamos a estar en otra situación y para marzo que llega la primavera podemos pensar que estamos saliendo ya de todo este rollo”, dijo en una charla que tuvo con el empresario Arturo Elías Ayub.
Doctor Francisco Moreno Sánchez, director de Medicina Interna del Hospital ABC. Foto: archivo.

A casi dos años de que el Covid-19 afectó a varios países, en lo que se conoce como pandemia, la población mundial ha experimentado varias situaciones, desde el confinamiento, compras de pánico, desempleo, crisis económica, deserción escolar, violencia intrafamiliar, elevadas tasas de mortandad, personas creyendo que todo es culpa del “nuevo orden mundial”, inflación, y muchas otras que han mostrado la peor cara de la humanidad.

Aunque realmente no hay certeza de alguna fecha exacta, la variante Ómicron ha demostrado que es muy infecciosa, genera picos muy altos en los contagios y posteriormente disminuye el número de personas con el virus de forma estrepitosa. Ocurrió en Sudáfrica y ahora está ocurriendo en Estados Unidos. Esta situación genera esperanza entre los epidemiólogos.

Si bien es cierto que esas cosas ocurren a diario, las fuentes de información estuvieron más focalizadas en determinados temas.  
Ejemplo de ello es la violencia contra las mujeres que diversos colectivos feministas han denunciado durante años pero se agudizó con el confinamiento.

De acuerdo con datos de víctimas de delito del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el 2019 registraron 1,006 víctimas de feminicidio; mientras que en el primer semestre del 2020 se registraron 1,844 homicidios de mujeres, presentando un incremento de 838 casos.

Respecto a la educación, niñas, niños, adolescentes y jóvenes, se vieron afectados por el cierre de las escuelas, que en algunos casos no completaron el ciclo educativo, es decir, avanzaron de preescolar a educación primaria, sin haber tenido el proceso “normal”, o estudiantes de nivel licenciatura que no culminaron los últimos semestres de su formación.

Un menor – cuyo nombre real omitiremos, en apego a los derechos de la niñez, estudiante de preescolar, quien padeció la interrupción de clases presenciales – expresó con lágrimas en sus ojos: “a qué voy a la escuela, si no sé hacer nada”. Esas palabras las dijo al enterarse que ingresaría a la primaria, narró la madre del pequeño.

El adjetivo “generación perdida”, resulta ambiguo y agresivo contra esas personas que padecieron esta parte de la pandemia. Lo cierto es que serán un grupo numeroso de estudiantes y profesionistas afectados por un virus, no sólo en temas de salud, y cuyas consecuencias veremos en los años posteriores.

¿HAY ALGO POSITIVO?

Decir que algo maligno puede ser bueno, resulta un eufemismo; sin embargo, la pandemia también mostró la mejor versión de la humanidad: actos de solidaridad, trabajadores del sector salud contribuyendo a salvar vidas a costa de la suya, que luego de las agresiones en su contra, algunos conductores de taxi, servicios de plataforma, inclusive el servicio de transporte público, ofrecieron servicios exclusivo.

Trabajadores – considerados adultos mayores – fueron obligados a pensionarse y ahora permanecen en casa. Ante la falta de empleo, surgieron emprendedores que ya administran su propio negocio.

Los trabajadores de la educación tuvieron que actualizar sus métodos de enseñanza e implementar estrategias apoyados de la tecnología, esto de alguna manera generó empatía con una generación de estudiantes a la que el uso de las nuevas tecnologías les resulta tan común y sencillo, como antaño era la máquina de escribir.

Comprendimos que la salud mental es tan importante como ingerir medicamentos para curar una infección en la garganta, que la higiene personal es cosa de todos los días, que la aglomeración de personas puede transmitir cualquier enfermedad.

Acciones gubernamentales

El 12 de marzo del 2020 el Gobierno de Jalisco instaló la Mesa de Salud, herramienta respaldada por la Ley del Sistema de Participación Ciudadana y Popular para la Gobernanza, ante la urgencia de contener y afrontar la pandemia de Covid-19, además de monitorear y tomar decisiones. A partir de esa fecha, el Gobernador Enrique Alfaro anunció la cancelación de actividades no esenciales.
Acción replicada por diversos ayuntamientos, sin embargo, las indicaciones fueron de carácter general, si bien cada municipio tiene diferentes características, el cierre de comercios, escuelas, y demás, fue inapelable.
Conforme pasaron los meses, la desesperación, el malestar y hartazgo social fueron evidentes, llegando inclusive a la anarquía, algo tan “sencillo” como no usar el cubrebocas en la vía pública generó uno de los episodios más oscuros del actuar de las autoridades durante la pandemia: el 4 de mayo del 2020 en el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, elementos de seguridad pública detuvieron a Giovanni López de 30 años de edad, quien al día siguiente perdió la vida, mientras se encontraba bajo custodia policial.
El hecho detonó manifestaciones que a su vez ocasionaron más arbitrariedades de los cuerpos de seguridad a nivel estatal, como la desaparición forzada de estudiantes, aunque fueron entregados con vida.

Para implementar las disposiciones sanitarias emitidas por el gobierno estatal, el Ayuntamiento de Zapotlanejo, por ejemplo, gastó $7,883,830.04 pesos, del 14 de marzo del 2020 al 27 de agosto del 2021. De esa cantidad, $3,707,632.42 pesos fueron invertidos en despensas, siendo el gasto más significativo, $144,159 en Pruebas Covid, $1,122,041.91 pesos en cubrebocas. Las compras fueron por adjudicación directa.
Por otra parte, los gobiernos federal y estatal emprendieron una lucha mediática, donde con señalamientos y acusaciones mutuas, que dieron como resultado una sociedad confundida, inclusive el mandatario federal en cadena nacional contradijo a miembros de su gabinete y especialistas en temas de salud, como el sub Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell.

Las constantes peleas entre gobernantes y la falta de claridad sobre a quién hacer caso, mientras uno decía: “cierren todo”, el otro descalificaba y decía: “no cierren, estamos bien”, o el “detente” con que el presidente Andrés Manuel López Obrador, pretendió librarse del Covid-19; esta clase de comentarios polémicos acrecentaron la duda entre la población, mientras algunos políticos tomaban decisiones, sin escuchar a los especialistas.

TEORÍAS

Desde ingerir té de hojas de guayaba hasta cloro de uso doméstico, los termómetros infrarrojos que destruyen neuronas, implantes de chips con tecnología 5G a través de la vacunación, y muchas otras aportaciones de la sociedad, han marcado estos casi dos años, desde que la Organización mundial de la Salud (OMS) declaró pandemia por el Covid-19. 

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