Las personas que se dedican a cometer fraudes, engañar a la gente y estafarla, cada vez buscan formas más innovadoras y eficaces para lograrlo. Ante las alertas que pueden tener las víctimas de que se trate de un fraude, quienes buscan hacerse de dinero u objetos de valor, cambian los métodos para obtener lo que desean.
Un ejemplo fue el de Alexander, nombre que usaremos para cuidar la verdadera identidad de la víctima, quien vive en Zapotlanejo. En entrevista, bajo condición de anonimato, este joven en sus 20 años, puso a la venta su motocicleta por un valor de $60,000 pesos. La anunció en Facebook y acordó una cita con el supuesto comprador.
Comenta que le hizo una transferencia a la cuenta de su mamá y ella revisó el saldo, que aparecía en su aplicación del banco. La víctima entregó llaves y factura de la motocicleta. Posteriormente, dice, revisaron nuevamente la cuenta para disponer del dinero y ya no estaba la cantidad de la transferencia. Alexander se quedó sin moto y sin dinero.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) emitió una alerta sobre una reciente estrategia de estafa denominada “Transferencia Fantasma”. Según la Condusef, este tipo de fraude se caracteriza por transacciones que aparentan ser legítimas pero que, en realidad, tienen un propósito fraudulento.
Los estafadores realizan transferencias de dinero que parecen auténticas, llegando incluso a reflejarse en los estados de cuenta de las víctimas, aunque en realidad no se efectúan.
Para llevar a cabo este tipo de estafa, se emplean técnicas avanzadas de ingeniería social y acceso no autorizado a sistemas bancarios. Utilizan malware o phishing para obtener la información necesaria y crear transferencias que parecen legítimas, apareciendo en el historial de transacciones como “completadas”.
Las víctimas de las transferencias fantasma pueden recibir notificaciones de cargos en sus cuentas, pero el dinero nunca llega al destinatario previsto. En muchos casos, los fondos son desviados a cuentas controladas por los estafadores o utilizados para actividades fraudulentas.