Este no será un año cualquiera para la comunidad de La Paz, en Zapotlanejo, pues conmemoran una fecha especial, un acontecimiento que las generaciones actuales desconocen al cien por ciento cómo ocurrió.
Por: Ricardo H.G.
ZAPOTLANEJO, JAL. – Hace un siglo, la imagen peregrina de un “Santo Entierro” que se dirigía a Guadalajara pasó por el poblado de El Guaje, captando la atención de María Trinidad Guzmán niña de ocho años de edad, quien pidió a su padre, Valentín Guzmán, comprar dicha imagen y al no tener dinero vendieron parte del ganado, finalmente la imagen del Cristo se quedó en la comunidad. Así lo narraron Reinalda Medina García y María Edith Jesús García Venegas, descendientes de Trinidad Guzmán.
Para entender lo que es un Santo Entierro, se refiere a la figura de un Cristo acostado, es decir que no está crucificado.
“Fue en el año de 1893, cuando pasó por aquí el Señor de La Paz que no era crucifijo sino un Santo Entierro, entonces mi abuela tenía la edad de ocho años y se quedó maravillada con la imagen. Le pidió a mi bisabuelo comprarlo”, narró Reinalda Medina, y agregó que la imagen fue traída desde Tototlán ya que la persona que lo transportaba era originaria de ese lugar y por razones de salud no logró llegar a Guadalajara, motivando su retorno. Luego de vender el ganado, Valentín Guzmán viajó esa población donde adquirió la imagen.
Ya en El Guaje, la familia propietaria de la imagen, se habilitó un centro de culto al interior de una finca ubicada en lo que hoy son las calles Morelos Y Valentín Guzmán, propiedad de la familia Guzmán; una capilla en la que celebraban todo tipo de ceremonias: bodas, bautizos, etc. Ya que no existía una iglesia.
Culto a San José y Surgimiento de La Paz
El Señor de La Paz sustituyó la veneración a San José quien, de acuerdo con María Edith, era el Santo Patrón del pueblo, y aún conserva dicha imagen plasmada en un cuadro resguardado en su casa.
Ya en El Guaje, la familia propietaria de la imagen, habilitó un centro de culto al interior de una finca ubicada en lo que hoy son las calles Morelos Y Valentín Guzmán; una capilla en la que celebraban todo tipo de ceremonias: bodas, bautizos, etc. Ya que no existía una iglesia.
Pasó el tiempo y María Trinidad optó por donar la imagen con única condición de que se construyera una Iglesia para que toda la comunidad.
“Ella quería el Cristo para toda la comunidad, nadie sería dueño de él, sino que todos lo fueran […] pidió que se respetara, que se respetara lo más posible, que todas las generaciones futuras lo cuidaran. Mucho tiempo atrás él no era el patrono, el pueblo se llamaba El Guaje no La Paz, ya después cuando la imagen fue trasladada a la iglesia el Señor Cura Maximino Pozos fue quien lo nombró Nuestro Señor de La Paz y también el pueblo se cambió de nombre”, explicó María Edith.
Revolución Cristera
La información proporcionada por ambas descendientes proviene de los relatos contados por sus respectivas madres quienes al mismo tiempo fueron testigos de algunos episodios de la historia y los relatos de su madre y padre.
“La construcción de la iglesia comenzó en los años 20, pero fue suspendida debido a la Revolución Cristera. Una vez terminado el conflicto se reanudó la obra y fue hasta la década de los 40 que se trasladó al cristo […] de hecho no era crucifijo, pero mi madre hija de quien era la dueña me platicó que un señor llamado Graciano vino a la capilla y lo restauró, fue entonces que lo puso en la cruz. Yo creo que mi abuelita estuvo de acuerdo en que lo pusieran en la cruz, porque mi mamá nuca me platicó que hubiese alguna inconformidad”, dijo Reinalda Medina.
Debido al conflicto armado, muchas familias de la comunidad huyeron hacia otros lugares particularmente Ameca, Villa Corona y Puente Grande, donde existen familiares y descendientes.
Así mismo, en la antigua capilla de las calles Morelos Y Valentín Guzmán, la imagen del Señor de La Paz tuvo que ser escondida entre dos muros para que los militares que se hospedaron en esa finca no lo destruyeran.
A partir de este sábado se realizarán las tradicionales Fiestas Patronales concluyendo el martes 24 fecha en que hace un siglo la comunidad de El Guaje cambió su nombre y veneración a San José por el Señor de La Paz.