Por: Brandon Olivarez

Emprender no es fácil, pero hacerlo con pasión puede ser la gran diferencia. Así lo viven Octavio Tapia y Jenny Arana, creadores del restaurante PalmaRosa, un lugar que llegó para impactar de forma positiva en la industria gastronómica de Zapotlanejo.

“El proyecto fue creado por mí y por mi esposa. Un negocio como este necesita mucho tiempo y dedicación. Un negocio puede sentirse cuando hay amor, por eso es una palabra que recalco mucho”, dice Octavio Tapia, en entrevista para Cuarto Poder, a unos meses de haber abierto las puertas, por primera vez, de este nuevo concepto.

La esencia de PalmaRosa es unir la cocina tradicional que se representa en platillos como: Guisados, Chilaquiles, huevo con platillos de especialidad además de utilizar productos frescos, recién hechos, provenientes de Santa Fé, Matatlán u otras localidades del municipio de Zapotlanejo.

“Zapotlanejo sigue siendo un pueblo conservador, donde las personas siguen comiendo lo que le gusta de casa. El producto, que es la materia prima, y los recursos humanos de PalmaRosa, son del municipio”, comenta Octavio.

El uso de productos locales, el lugar que transmite tranquilidad, aunque es pequeño y acogedor, sumado a la calidez del grupo de trabajo, son tres de los puntos diferenciadores de esta locación.

“Establecer una meta es el punto de partida de todo logro”, mencionó en alguna ocasión el escritor y empresario estadounidense Clement Stone. En 2022, Octavio Tapia y su esposa Jennifer Arana hicieron del restaurante, PalmaRosa, su polo a tierra dentro del mundo culinario.

De profesión odontólogo y rodeado de una familia dedicada a la cocina, Octavio recuerda, sentado y observando fijamente el corredor que une el ingreso con la cocina del restaurant, lo complejo que fue emprender.

“Los momentos complicados fueron previo a la apertura y los dos meses siguientes a la misma. Fue complejo por la incertidumbre existente, eres nuevo y nadie te conoce, hay desvelos, trabajas horas extras, entre otras cosas. Es un negocio joven y en constante maduración”.

“Lo difícil de emprender es la incertidumbre, no saber si lo que haces está bien o mal porque no hay una receta única para hacer las cosas; quien emprende nunca sabe qué sigue. Siempre hay intuiciones que te dicen “vas bien” aunque tengas que dar pasos con mucho miedo, señaló Octavio Tapia.
“Cuando íbamos a abrir el restaurante no sabíamos qué nombre le íbamos a poner, comenzamos a platicar sobre lo que íbamos a vender, acompañado de los colores que íbamos a utilizar para así poder crear el concepto y decidimos nombrarlo PalmaRosa porque es un nombre fresco y, además, mi madre y mi suegra se llaman Rosa”, señaló Octavio.

El restaurant está asesorado por Salvador Carillo, chef profesional de Puerto Vallarta con experiencia en Dubái, Turquía y Arabia Saudita. “Para emprender primero hay que aprender. Hay cosas que no las vas a pagar con dinero. El conocimiento es tiempo, nadie puede comprar experiencia. Aprender vale más de lo que pueda pagarte.

“El éxito siempre viene acompañado de sacrificios y retos. Siempre que vengo a PalmaRosa me despierto sabiendo que debo resolver algo, pocas cosas o muchas, pero es parte de esto. Quien quiera emprender debe saber que el camino es difícil”, dijo el empresario.
“Espero que PalmaRosa llene una necesidad en la industria y podamos avanzar más. Quiero que las personas de Zapotlanejo sepan que estoy agradecido con ellos porque no ha sido un proceso fácil, pero ha sido satisfactorio. Nunca busques el dinero, enfócate en otras cosas y el universo te lo dará. Si tú eres referencia de las personas puedes dar consejos y eso es muy gratificante”, concluyó Octavio.

PalmaRosa – cocina local – se ubica en Av. Solidaridad número 61- A, en Zapotlanejo, Jalisco, con servicio de 8:30 a 14:00 horas.

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